(Productores de Pruebas 10) ¡LA FE LLEGO!


  La fe de Dios. .. Obtenerla! ¿Cómo?
  Pablo nos dice:
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” (Romanos 10:17)
  Recibimos la fe de Dios a través de la Palabra de Dios.
LA PALABRA DE DIOS ES DOS COSAS
  La Palabra de Dios es:
  1. Es la Palabra ESCRITA
  2. Es la Palabra VIVIENTE
  Tenemos la FE de Dios cuando la PALABRA VMENTE de Dios vive en nosotros.
LA PALABRA VIVIENTE ES ETERNA
  La Palabra Viviente, nunca cambia, es eterna. Debemos comprender como nunca antes, que la Palabra de Dios es eterna, no tiene principio ni fin. No es algo que fue escrito bajo influencia del Espíritu Santo solamente. Esta palabra es Dios mismo. Dios mismo no llene, principio ni fin. No se puede separar a Dios de su Palabra. Dios y su Palabra son una sólo cosa.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” (Juan 1:1)
  Cuando Dios envió a Moisés a libertar a los hijos de Israel de la esclavitud de Egipto, Moisés temía que los Israelitas no le creyeran. Le preguntó a Dios, ¿Quién diré que me envió?
  La respuesta de Dios fue profunda:
“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo:
Así dirás a los hijos de Israel. YO SOY me envió a vosotros.” (Éxodo 3:14)
  Muchas personas tienen fe en lo que Jesús hizo cuando es tuvo aquí en la tierra, y en lo que hará en el futuro. Sin embargo, no lo reconocen como la Palabra VIVIENTE AHORA
Esté fue el mismo problema de Marta, aun cuando Jesús es taba aquí en la tierra.
En el capitulo11 de San Juan, Jesús la Palabra Viviente llegó a Betania donde su amigo, Lázaro, había muerto. Marta le dijo a Jesús, “Si hubieses estado aquí Lázaro no hubiera muerto.”
Jesús le aseguro a Marta que Lázaro resucitaría. Marta dijo: Yo se que resucitará el la resurrección en el día postrero. Pero eso no fue lo que Jesús quiso decirle. Jesús, La Palabra Viviente, estaba ALLI.
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi; aunque esté muerto vivirá.”(Juan 11:25)
  Marta estaba diciendo que Jesús podría haber sanado a Lázaro en el pasado, o que podría resucitarlo en el futuro. Jesús le estaba diciendo: Marta, yo estoy aquí ahora, para suplir tu necesidad, YO SOY.
NO CREEMOS EN UN DIA DE MILAGROS
  Jesús le estaba diciendo a Marta que no había tal cosa como un día de milagros... no había un día de milagros en el PASADO, ni tampoco un día de milagros en el FUTURO. Hay un Dios de poder, todos los días, en todas las edades, para obrar milagros y suplir las necesidades de todos aquellos que necesitan milagros. Dios ES. Su Palabra ES.
Dios no tiene ni principio ni fin. El nunca fue; El nunca será El siempre Es.
Cuando Moisés cruzó el Mar Rojo no fue un día de milagros.
Cuando Dios alimentó al pueblo de Israel en el desierto no fue un día de milagros.
Cuando Josué cruzó el Jordán, ése no fue un día de milagros.
Cuando los hijos de Israel marcharon alrededor de Jericó, y se cayeron los muros, no es que ése fuera un día de milagros.
Lo mismo es cierto de Daniel, Sadrac, Mesac, y Abednego, de Elías, y de todos los santos que hicieron milagros. No fue que vivieron en un día de milagros.
Muchos teólogos hoy en día, dicen que lo milagros no son para nuestros tiempos. Aun los fundamentalistas no niegan que sucedieron milagros 2000 años atrás, pero no compren den que Dios posee la habilidad de obrar milagros hoy en día. Se encierran en la teología de que, “somos el producto de nuestro ambiente, de lo que se nos ha enseñado, y de como nos creamos desde niños.”
Si somos Bautistas, tenemos una teología Bautista. Si somos Metodistas, tenemos teología Metodista, o Presbiteriana, Católica, o cualquier cosa que se nos haya enseñado.
Seguido escuchamos a personas que creen en milagros declarar: “Los días de los milagros están aquí nuevamente.” Pero, no hay tal cosa como un día de milagros.
Lo que creemos es que existe un Dios de poder que opera milagros y que vive todos los días en todas las edades. Los días de milagros nunca han dejado de ser porque el Dios de milagros nunca cambia.
EL TRABAJO DEL DIABLO ES ATACAR LA PALABRA DE DIOS
  Anteriormente dijimos que la Palabra es la Palabra Viviente y la Palabra Escrita. Satanás intentó atacar la Palabra Viviente, pero Dios mismo es la Palabra. Usted no puede separar a Dios de Su Palabra. Dios y Su Palabra son una sólo cosa. Ahora el diablo busca atacar la Palabra escrita de Dios.
¿Cómo es que intenta esto?
La única manera en que el diablo puede atacar la Palabra de Dios es a través de la forma en que nosotros vivimos la Palabra de Dios.
Cuando nos enfermamos el diablo viene y nos dice, “¿Que pasó con las promesas de Dios? Dios dijo: Yo soy Jehová tu sanador. ¿Dónde está?”
Cuando nuestras familias se deshacen, cuando nuestros hijos nos abandonan, cuando nuestros seres queridos se encuentran perdidos, cuando tenemos problemas y necesidades financieras, ¿Qué sucede? Cuando usted sufre un accidente automóvil o esta enfermo en el hospital y sus deudas aumentan, ¿qué le dice Satanás?
El dice: ¿Qué no te dijo Dios?.. .Yo creía que El había dicho que... ¿no te había Dios dicho?... etc.
El ataca la Palabra de Dios por medio de las circunstancias de nuestras vidas. Es la única manera en la que el diablo puede atacar a Dios, (la Palabra Eterna.)
  Recuerde que cuando decimos “Dios” al mismo tiempo decimos, “Su Palabra”. Usted no puede separarlas. No sólo vivimos en nuestras vidas la Palabra escrita, sino que la Palabra Viviente está en nosotros. El diablo quiere atacar la Palabra escrita y la Palabra Viviente y sólo puede lograrlo por medio de las circunstancias en nuestras vidas.
  Daniel oró 21 días para recibir la contestación a sus oraciones. El oró y ayunó.
  Después de 21 días Daniel tuvo una visión, en la cual lo envolvió una Presencia celestial y escucho una voz que le dijo:
“Entonces me dijo: Daniel, no temas; por que desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.”
(Daniel 10:12)
Y agregó:
“Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme.” (Daniel 10:13)
  Satanás atacó....pero la Palabra permaneció fiel respuesta llegó.
El Nuevo Testamento dice:
“Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente
para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.” (Santiago 5:17-18)
  Este pasaje hace referencia a la seca registrada en el capítulo 18 del primer libro de Reyes, cuando Elías oró pidiendo lluvia. Seis veces se inclinó y oró fervientemente. Después de elevar su oración, mando a su criado a ver si se veía la-lluvia. En cada una de estas seis ocasiones, El criado regresó para reportar que no había señal alguna de una futura lluvia. Sin duda alguna, en cada ocasión Satanás se presento para decir; Bueno, ya oraste y no sucedió nada. ¿Dónde está tu Dios ahora?
Elías se inclinó una vez más y oró. Esta ocasión al regresar el criado, la respuesta fue:
“Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.” (1 Reyes 18:44)
  Esta pequeña nube fue suficiente para que Elías compren diera que la victoria había sido ganada. La Palabra fue fiel ¡La lluvia venía en camino! Elías sabía que tenía que correr... sino se empaparía. La Palabra fue fiel y estuvo presente allí.
  Ana es otro ejemplo de alguien que oró y venció. Ella había estado casada por muchos años y a pesar de sus oraciones, no tenía hijos. La oración de su corazón era ser sanada de su esterilidad, y dar a luz un hijo. Ella fue a la casa de Dios donde lloró y oró al Señor como esta registrado:
“Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios,
y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria.”(1 Samuel 1:13)
  Sin duda alguna, Satanás estuvo allí para decirle, “Mira estas haciendo el ridículo ante el sacerdote. Dios ni se interesa en ti, etc.”
  Sin embargo, Ana recibió la promesa de parte de Dios, y cuando ella salió del templo, había obtenido la victoria. Encontramos que ya ‘no estuvo mas triste.” (Versículo 18)
Ana tenía una seguridad. Ella tenía la Palabra de Dios.
“Después de un tiempo, regreso al templo a presentar su hijo Samuel, quien era un milagro, al sacerdote Elí. Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí. Y ella dijo: ¡OH señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.”
(1 Samuel 1:25-28)
  La fe de Dios era una realidad en la vida de Ana, y Dios suplió su necesidad. Job es el ejemplo clásico de como la Palabra de Dios es atacada a través de las circunstancias. La Biblia nos dice que Job era un hombre justo, recto en todos sus caminos, pero Satanás tenía una respuesta para esto:
“Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero ex tiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.”(Job 1:9-11)
  Con permiso de Dios, Satanás atacó a Job en la misma manera en que siempre ataca a las personas....a través de las circunstancias de la vida. En un corto tiempo, Job perdió sus posesiones terrenales, sus hijos, su salud, y la comprensión de su esposa. También tenía que defenderse del juicio que sus amigos pronunciaban sobre él. Job perdió todo lo que poseía....excepto su fe en Dios.
“En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.” (Job 1:22)
Su clamor fue:
“Mas él conoce mi camino. Me probará, y saldré como oro.”(Job 23:10)
  Job no permitió que Satanás lo atacara a través de las circunstancias de su vida. Hoy en día, Satanás ataca la Palabra de Dios en la vida de cada creyente. ..ataca a la Palabra de Dios a través de las circunstancias de la vida. ¡Usted no se lo permita!
  Por medio de la fe de Dios sabemos que no importa cuales sean nuestras necesidades, Dios las suplirá. Sucederá en el tiempo perfecto de Dios.
  Cuando usted tiene fe y el don de Dios, que es la fe obrando en su vida, usted posee una profunda seguridad. Usted pasará por la prueba sabiendo que a su debido tiempo terminará. Usted sabe que pasará la prueba. Usted obtendrá l victoria porque la Palabra de Dios triunfará. Su Palabra nunca será derrotada.
DIOS NO PERMITIRA QUE SU PALABRA SEA VULNERABLE A NINGUN HOMBRE
  La mayoría de nosotros, en algún tiempo hemos luchado por obtener esa cualidad llamada fe. El propósito de este capítulo es, eliminar esa lucha. Tenemos un concepto, que de alguna forma se incorporo al cristianismo. Ese concepto es éste: Que el cumplimiento de las promesas de Dios depende de nuestra habilidad de manifestar fe y apropiamos de las promesas.
  Nunca olvidare como me revelo Dios esta enseñanza. ..y como cambió mi vida al apropiarme las promesas de Dios.
  Si sólo comprendiéramos que la Palabra de Dios es veraz. Dios lo dijo. Esta hecho.
  Y no depende de que nos levantemos y seamos sobrehumanos en nuestra fe.
  ¿Creé usted que Dios iba a damos una promesa y luego hacerla vulnerable, de tal forma que la efectividad de ésta se basará, sobre el hecho de que pudiéramos levantamos y tener fe por y a través de nosotros mismos? ¿Y también en nuestra propia habilidad? Yo no lo creo.
  Lo que Dios busca, es lo que mostró María, la madre de Jesús.
  El ángel llego y le hablo a María. La Palabra era de Dios.
“Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35)
  El hecho de que un ángel se le apareció a María, nos “demuestra que era sensible. Pena, de ninguna manera demuestra que ella poseía la fe para apropiarse por si misma y concebir el Hijo de Dios. Era totalmente imposible. Ella no poseía esa habilidad. Ella no entendía ni comprendía todo lo que esto encerraba.
  Pero, si poseía esta habilidad: ella dijo: “hágase conmigo conforme a tu palabra.”
  Las promesas de Dios son asombrosas. Literalmente es asombroso lo que Dios nos ha prometido.
  Cuando nos encontramos ante estas promesas, ¿qué debemos hacer? ¿Confundir nuestras mentes? ¿Desmayar en nuestra fe?
  No. No haremos ninguna de estas cosas.
  Vamos a decir, “Señor, hágase conmigo conforme a tu Palabra.”
  El poder para el cumplimiento de la Palabra de Dios no esta ni en el hombre, ni en alguna cosa que el hombre tenga. El poder para este cumplimiento de la Palabra esta en la Palabra misma.
  Cuando usted recuerda que no se puede separar a Dios de su Palabra, entonces llega a comprender que el poder para el cumplimiento de esa Palabra esta en Dios.
  Es por esto que digo que Dios no permitirá que sus promesas sean vulnerables. Dios lo dijo. El lo hará.
  Por esta razón, hay ocasiones en que alguna persona recibe un milagro, y la persona que parecía poseer toda la fe en el mundo, no recibe nada.
  No negamos que haya problemas en la vida.
  No negamos la realidad de la enfermedad.
  No creemos en la mente sobre la materia.
  No negamos que tendremos dificultades, tentaciones, y pruebas.
 Jesús mismo dijo, “Yo fui tentado, tu serás tentado. Yo fui probado, tu serás probada.”
  El dijo: “Tendrás que sufrir persecuciones.”
    También dijo: “No voy a pedirle a Dios que te las quite. Voy a pedirle a Dios que te guarde.”
Debemos apoyarnos en la Palabra de Dios... permitir que la Palabra de Dios se haga real en nosotros y nos llene con la Palabra de Dios... una palabra que no es vulnerable a los ataques de Satanás, no es vulnerable aun ni en las circunstancias de nuestra vida.
“Hágase conmigo conforme a tu Palabra.” (Lucas 1:38)
  Fe viene de oír, y oír la Palabra de Dios... la cual vive en nosotros.
  En el Nuevo Testamento hay dos palabras griegas que pueden traducirse como “palabra”. Aunque estas dos palabras pueden interpretarse igual, cada una tiene un significado distinto.
  Una de estas palabras griegas es “logos” la otras es “rhema.”
   El “logos” significa aquello que pasa más allá de la palabra escrita y hablada. El lexicón griego nos dice que significa algo más profundo de lo que esta escrito y de lo que se habló.
  En realidad, indicia una extensión y una expresión que surge de la mente, no de los labios o del lapicero.
  Es en la mente donde principia y donde se conciben los pensamientos y la inteligencia La palabra “logos” nos señala aquello que sobrepasa lo escrito y lo hablado. El Espíritu Santo nos enseña que el logos es algo que existe por si sólo. En otras palabras, no tiene ni principio ni fin. Existe por si sólo. Posee intelecto: Es un ser que existe por si mismo.
  El logos es el poder existente que nosotros conocemos como la Palabra misma, la Palabra Viviente, Cristo.
  “Rhema” es una palabra de Dios la cual es una extensión del Logos. El Logos no es la Palabra escrita o hablada. “Rhema” es la Palabra escrita y hablada que surge de la mente de Dios. “Rhema” se deriva de un verbo que significa “acción”. Significa “hablar” o “hablar la palabra”.
  Rhema surge de la fuerza del mismo Logos. Así como la palabra escrita es el rhema, el logos es la mente de Dios. Es Dios mismo. En la mente del Logos se forma la palabra y esta llega nosotros como el rhema. Cuando nosotros lo recibimos, no recibimos palabra de hombre, sino que recibimos los pensamientos de Dios.
RHEMA...Y FE
  Hay muchas personas que se sienten débiles, como si no tuvieran fe alguna. Siempre luchan, dentro de si, por creer en Dios. Deseo decirle algo, en el Espíritu Santo, y espero que Dios se lo revele de tal manera que le fortalezca siempre.
 Esto aliviará muchas de sus preocupaciones, luchas y temores con relación a la fe que usted tiene en Dios, y en como se apropia usted de las promesas de Dios.
  Dentro del rhema esta la fe.
  Cuando llega la promesa, cuando la palabra de Dios llega directamente a usted, no luche por obtener fe. La fe ya esta allí junto con la promesa.
  Fe viene por el oír, y por el oír la palabra.
  Con la palabra no sólo viene la palabra, sino también la fe para creer en esa palabra.
  Podemos tomar nuestra habilidad de creer, la fe que viene junto con la promesa, la palabra, y utilizarlas como una llave. Cuando abramos con ella la puerta, llevaremos a cabo el cumplimiento de las promesas por medio del poder que esta en la palabra.

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