LAS LEYES DE LA COSECHA 2


La Primera Ley De La Cosecha: La Semilla Tiene Que Ser Sembrada
(Hay un) tiempo de plantar, y tiempo para arrancar lo plantado.  Eclesiastés 3:2

Aquí Salomón no sólo dice que hay un tiempo para arrancar, sino que hay un tiempo para arrancar lo plantado. En el libro de Génesis Dios dice, Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega. Génesis 8:22 Es decir, que no es tiempo solamente de segar, sino tiempo de sembrar y segar. Sin un tiempo de siembra, no hay un tiempo de siega. Jesús mismo confirmé esta verdad cuando dijo que si un grano de trigo no cae dentro de la tierra (tiempo de siembra), queda solo (nunca se multiplica ni se convierte en siega). De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra...queda solo. Juan 12:24 Esta es una realidad que necesitamos entender si queremos recibir dinero de parte de Dios. Muchos buenos cristianos viven toda una vida sin aprender que para cultivar .una cosecha de dinero es primordial dar dinero. No importa cuán fértil sea el terreno, cuán saludable sea el grano, si no lo sembramos, no se puede multiplicar. Quedará solo.

Las Semillas Tienen Utilidad Aunque No Se Siembren

Las semillas se pueden usar para muchas cosas no solamente para sembrar. Sirven tanto para hacer comida, como para hacer collares. De la semilla que se siembra para comer se pueden hacer diferentes alimentos, como harina y de esa harina, pan caliente, postres y hasta salsas. Estas delicias estimulan nuestro paladar por muy exigentes que seamos. Con semillas se alimenta el ganado para que crezcan saludables y fuertes. Inclusive las aves de los campos se benefician del grano de las plantas. Ahora bien, ninguna de esas semillas que come un animal podrán multiplicarse y convertirse en cientos de semillas más. Para eso el grano tiene que seguir el procedimiento que Jesús le ordenó, es decir, tiene que caer en la tierra. Hay que sembrar la semilla para que pueda multiplicarse.

Los Collares de Semillas No Se Multiplican

La semilla puede caer en manos de un joyero, el cual puede convertirla en una hermosa pieza de joyería. Pero por mucho que la lustre y la refine no se puede multiplicar. La semilla puede caer en la olla de un magnífico cocinero y este la puede convertir en el manjar de un rey, pero por muy rico que la cocine no se puede multiplicar. La única manera de multiplicar una semilla es sembrarla en la tierra. Esta es la ley y no la podemos cambiar. ¡Ninguna de aquellas semillas se había multiplicado! ¿Por qué sería? Porque Jesús, el creador del grano, dijo que si éste no cae en la tierra, no se puede multiplicar. Se queda solo.  La primera ley de la cosecha financiera es semejante a la primera ley de la cosecha agrícola. Dios no puede producir una cosecha financiera salvo que usted siembre una parte de sus finanzas en el Evangelio.

¡Hermano, Esto No Da Resultado!

Constantemente me encuentro con cristianos que están atravesando dificultades económicas y constantemente se quejan de que sus ofrendas no producen cosecha en sus vidas. Cuando me cuentan sus problemas y fracasos, tal parece que esperan que yo les diga que no ofrenden más. Querido amigo, yo no tengo autoridad para decirles eso. Es cierto que en mí hay una unción, y que yo tengo un ministerio que es televisado diariamente a nivel nacional. Pero a pesar de los atributos que yo parezca tener, no tengo autoridad para cambiar las leyes que Dios ha establecido para la cosecha. Y Dios ha establecido que sembremos semilla financiera en la tierra (el Evangelio) para que no quede sola. Si está sembrando, pero su siembra no está dando fruto, no se debe a una deficiencia en las leyes de Dios. Debe ser otra cosa, pues las leyes de la cosecha no fallan. Cuando hablo con estas personas que tienen dificultades financieras, casi siempre descubro que hay algo en su caminar cristiano que no me han relatado. Puede ser que comenzaron a dar recientemente y no ha pasado suficiente tiempo para que crezca la cosecha, O tal vez no diezman con regularidad y por lo tanto, obstaculizan la cosecha, ya que las ventanas de los cielos no se abren sobre ellos. Por una cosa u otra, el caso es que no están sembrando el grano como es debido en el terreno fértil del Evangelio. No importa lo sincero que usted sea. No importa lo grande de su necesidad. No importa lo religioso que usted sea. Si quiere experimentar una cosecha en sus medios económicos, tiene que cumplir las leyes que Dios ha establecido para la cosecha. Así que he aquí la primera ley: Es imposible cultivar una cosecha si la semilla no es sembrada. Hasta que no le entreguemos nuestro dinero a Dios, Dios no nos puede aumentar nuestros medios económicos.

Verso Más Popular Acerca De Dar Y Recibir

El versículo más conocido del Nuevo Testamento que trata con las condiciones necesarias para recibir, expresa que efectivamente, tenemos que dar antes de recibir. Dad, y se os dará, medida buena, apretada, remecida y rebosando, darán en vuestro regazo. Porque con la misma medida con que medís os volverán a medir. Lucas 6:38 Observen la palabra “dar” (o sembrar). No tendremos canastas llenas de granos, rebosando y apretadas, hasta que demos semilla. Tampoco tendremos canastas llenas de dinero, medida apretada y rebosando, hasta que no demos dinero para la predicación del evangelio. La Palabra menciona constantemente este requisito de sembrar para cosechar. Cuando Salomón nos asegura que hallaremos el pan en las aguas, él se basa en una acción específica. Según este verso, tenemos que echar (sembrar) el pan sobre las aguas. Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. Eclesiastés 11:1 Que bueno sería que nos llegara una ola eterna de pan. No tendríamos que hacer nada excepto recoger ese pan de vida todos los días y vivir la buena vida sin tener que sembrar. Pero por muy bueno que nos parezca, no funciona así. Dios ha dicho que el grano tiene que caer en la tierra porque de lo contrario, queda solo. La realidad es que el pan en nuestra vida depende del pan que sembramos en la vida de otros. Todo método de aumento funciona en paralelo con este principio. Por ejemplo, si desea que las personas sean cariñosas, debe sembrar semillas de amistad. Hasta la regla de oro reconocida en todo el mundo está basada en ese mismo principio. ...todo cuando queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos. Mateo 7:12 Todo lo que deseamos recibir de los demás, lo tenemos que sembrar, porque primero viene la siembra y después la cosecha.

La Siembra Siempre Produce Frutos

Mi esposa y yo hemos sembrado muchas semillas de servicio, de amor, de lealtad, y dinero. Cada vez que hemos sembrado estas semillas, Dios las ha multiplicado en nuestras vidas. En el área de servir (años atrás durante nuestro ministerio), hemos sembrado en la vida de muchas personas ancianas y personas enfermas. Han sido tantos que no nos acordamos de todos. Hoy en día, muchos años después, tenemos una gran cosecha de servicio en nuestras vidas y dondequiera que vamos, nos abren las puertas y nos cargan el equipaje. Cuando viajamos la gente nos atiende como a reyes. ¡A veces nos da pena! Pero yo sé muy bien que recibimos este servicio por la semilla que sembramos en otras vidas. Lo mismo ocurre con las semillas de amor que hemos sembrado en tantos miembros de la iglesia, ministros, y misioneros. A veces hemos hospedado en nuestra casa gente de todas partes del mundo que han manejado nuestros carros y han encontrado en nuestro hogar, brazos abiertos de amistad, amor sincero y comprensión. Las dos primeras iglesias que pastoreamos se identificaban más que nada por ser iglesias llenas de amor. Ahora cuando Marta y yo viajamos por distintos lugares, nos encontramos con tanto amor y cariño dondequiera que vamos, que nos sobrecoge y sorprende. Desde Norte hasta Sur América, nos llegan todos los días cartas y muestras de amor. Estamos recogiendo una gran cosecha de amor y lealtad por las semillas que hemos sembrado. En  en muchos lugares, hay pastores y hermanos/as que apoyan nuestro ministerio. Personas que nos recomiendan a otros, que nos exhortan a que volvamos una y otra vez, hermanos fieles y amorosos en todos los lugares. Mi esposa y yo siempre hablamos de la vida tan maravillosa que Dios nos ha permitido vivir. Y aunque no quiero quitarle gloria al poder y la misericordia de Dios, Marta y yo estamos convencidos de que si no hubiéramos sembrado aquellas semillas de amor, fidelidad y servicio, nuestras vidas hoy serían muy diferentes. Hubiera sido mucho más fácil para nosotros no ofrendar nuestros servicios. Pudimos haber sido corteses sin involucramos en la vida de otras personas. Hubiera sido muy fácil aislarnos del mundo. Pero la Palabra de Dios nos advierte que sin amor no somos nada. Nuestras vidas entonces serían como el grano que no cayó en la tierra, ¡nos hubiéramos quedado solos! ¡Cuanto me alegro de haber sembrado cada uno de esos granos de amor y servicio! Me alegro porque hoy, a los cincuenta años, lo que muchas parejas consideran los “años solitarios”, Marta y yo apenas hemos comenzado a vivir la parte más activa de nuestra vida disfrutando de una rica cosecha de amor, con viejos amigos y nuevos también. Le damos gracias a Dios que nuestra semilla cayó en la tierra y dió fruto.

No Se Puede Extraer Una Ganancia Sin Hacer Una Inversión

Este mismo proceso de sembrar y cosechar ha producido para nosotros una abundante cosecha financiera, pues a través de nuestras vidas hemos sembrado nuestras finanzas liberalmente

Instituciones Financieras Aplican Esta Misma Ley
Ninguna institución financiera ofrece ningún tipo de aumento sin inversión. Todas las cuentas comerciales pagan intereses por la cantidad de dinero invertida en esa cuenta. No importa lo alta que esté la taza de intereses en un banco de préstamos, la institución no paga aumento si no hay depósito El aumento financiero de su banco es muy diferente al de la cosecha que Dios nos da. Comparado con la taza de intereses que Dios ofrece, el sistema bancario del mundo es extremadamente limitado. Casi ningún plan de ahorros ofrece más de 4% de interés al año. Los más generosos ofrecen un miserable 6% o quizás 8%, y tienen muchas restricciones, como una cantidad mínima de depósito, tener el depósito por largo tiempo, y cantidad de penalidades. No vaya usted a pensar que Dios por ser generoso es tonto. El también exige un depósito para poder dar una ganancia o realizar un aumento. No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7 Así como el aumento de la cosecha agrícola exige la siembra de una semilla, también el aumento de la cosecha financiera exige la siembra de una semilla. Deje que esta primera ley universal de la cosecha se profundice en su espíritu hasta que se convierta en un requisito en su vida. Usted verá como traerá abundancia para su futuro.
Ley #1: Su semilla tiene que ser sembrada. 

Entradas populares