CIELOS DE BRONCE-TIERRA DE HIERRO


Muchas Cosas Pueden Cerrar el Cielo

Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce... " Deuteronomio 28:23

¿Cosas que cerrarán las ventanas de los cielos? ¡Hermano, estoy avergonzado de usted! Todo el mundo sabe que solamente una cosa cerrará las ventanas de los cielos, y eso es no diezmar."
Si el comentario que usted acaba de leer le sorprende, ¿qué le parece esto? ¡Muchos diezmadores viven debajo de un cielo cerrado!
Sí, usted leyó correctamente, y no, no he perdido la cabeza. Muchos diezmadores (aquéllos que regularmente dan el  10 por ciento de sus ingresos) viven de tal manera que sus hechos, creencias, decisiones, y pensamientos cierran las ventanas de cielo sobre sus vidas.

Jesús Dijo Que Es Así

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero habéis omitido lo más importante de la ley, a saber, el juicio, la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin omitir aquéllas. Mateo 23:23

Seguramente que este texto prueba que aunque la gente diezma, hay impedimentos en sus vidas los pueden poner bajo un cielo cerrado. Eso es exactamente lo que pasó en las vidas de estos escribas y fariseos. A pesar de que diezmaban meticulosamente de todo el grano de aumento, ellos se encontraron reprendidos por el Maestro y apartados de las bendiciones de Dios.

¡Es Posible Hacer Lo Bueno Mal!

Quizás se pregunte, "¿Cómo puede ser que una persona haga lo bueno y cierre el cielo sobre su vida?" Podemos ver un buen ejemplo en las Escrituras. Tomó lugar en la vida del Rey Saúl (I Samuel 13:8-14). Sin duda que él hizo la ofrenda apropiada, pero en el proceso mismo de dar a Dios, él paró su bendición. Su rebelión contra la autoridad cerró al cielo sobre su vida.
Si recuerda, el error del Rey Saúl fue que él no esperó en Samuel, el sacerdote, para hacer la ofrenda. Se impacientó y lo hizo él mismo. Al ofrecer el sacrificio, él hizo lo que Dios requiere. Sin embargo, él lo hizo de tal manera que atrajo la ira de Dios en vez de Sus bendiciones. ¡Este evento en la vida del Rey Saúl prueba que es posible hacer lo bueno equivocadamente! 

La Idea Buena Que Salió Mal

El Rey David experimentó esto mismo cuando él intentó traer el Arca del Pacto de vuelta a Jerusalén (II Samuel 6:1-10). Si recuerda, él la puso en una carreta nueva. Sin duda que era la voluntad de Dios para la gente devolver el Arca a la ciudad de David. Sin embargo, la manera que él intentó traerla de vuelta no fue conforme Dios quería. El, más que ningún otro, sabía que no se debía transportar el Arca en una carreta tirada por bueyes. Dios indicó claramente que solamente los sacerdotes debían cargarla. Como ve, David hizo bien pero le salió mal. Debido a querer hacer su propia voluntad, un hombre bueno murió y el cielo inmediatamente se cerró sobre toda Jerusalén.
Deje que estos dos ejemplos poderosos hablen a su espíritu, ya que aunque uno haga lo bueno, es posible hacer otra cosa mal e impedir la bendición.

¡No Da Resultado!

Muchos santos están haciendo lo bueno con ser fieles en diezmar y dar ofrendas, pero nunca experimentan ni siquiera una pequeña parte de las bendiciones prometidas a los diezmadores. Dondequiera que voy me encuentro con personas que tienen este problema. Ellos generalmente empiezan su conversación conmigo diciendo, "¡No Da Resultado, Hermano!”
 He oído estas palabras tantas veces que he perdido la cuenta. Las oí al principio de mi ministerio y todavía las oigo hoy en día. "¡No Da Resultado, Hermano!".
Ahora, no me mal entienda. He oído cientos, inclusive miles, de informes de victoria. He oído de cristianos que han vencido todo desde drogadicción hasta cadena perpetua en la prisión. Siempre me emociona oír a los santos testificar del poder de Dios. Con frecuencia me informan de los avances económicos que literalmente corren al diablo de sus vidas. Otras veces, oigo una victoria sobre una enfermedad o aflicción. Estos informes siempre me dejan con la confirmación de que nuestro Dios se preocupa por nosotros.

Gente Buena Bajo Un Cielo Cerrado

A pesar de lo buenos que son, estos testimonios no son los que permanecen en mi mente. Los que crean ecos en mi pensamiento por más tiempo son los de cristianos que no reciben avances. Estas son personas buenas, que no ven mejorar las cosas progresivamente, sino al contrario las ven progresivamente empeorar.
Estas personas son las que generalmente buscan que les aconseje después de una reunión. Con frecuencia los puedo localizar mucho antes de que digan una palabra. Así es como generalmente nos encontramos: Después de mi predicación, me siguen a la mesa de los libros. Están ahí parados hasta que la muchedumbre se va. Luego, con una mirada triste en sus ojos, ellos me dicen, "Hermano, diezmamos. Asistimos a la Iglesia. Inclusive, le damos a los pobres, pero nada da resultado para nosotros".
En sus ojos, puedo ver las preguntas: "¿Estará la Biblia equivocada? ¿Será que no somos merecedores? ¿No es Dios real? Por favor, Hermano, ayúdenos". ¡Con gran sinceridad ellos me explican que han hecho exactamente lo que les he dicho que hagan y las cosas empeoran en vez de mejorar!

La Cristiandad Es Un Estilo De Vida

En los primeros años de mi ministerio, animaba a esta gente a que permanecieran fieles, prometiéndoles que Dios les contestaría pronto. Puedo decir que en esos días, realmente no comprendía lo que comprendo hoy. En aquél entonces, era mi opinión equivocada que la cristiandad era un proceso sencillo, uno que cualquier cristiano nacido de nuevo podía optar fácilmente. Sin embargo, después de muchos años de estudio intensivo, he encontrado que vivir una vida cristiana exitosa es un proceso complejo designado para guiar al creyente de un estado ciego y pecaminoso hasta el estado glorioso de "la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Efesios 4:13).
Encontré que el verdadero cristianismo es más que solamente un juego de reglas y fórmulas. Es un estilo de vida totalmente nuevo. Es un proceso dinámico de interacción entre el Espíritu de Dios y el espíritu del hombre. Es el proceso de tomar para sí la personalidad de Jesucristo. Ningún versículo bíblico indica más claramente lo que digo que:
...ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor. Porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, para cumplir su buena voluntad. Filipenses 2:12, 13
Espero que comprenda lo que Pablo dice en este versículo. Su salvación es Dios obrando en usted, intentando hacer Su voluntad en su vida. Si más cristianos entendieran esto, todo andaría más suavemente para ellos. No tendrían tantas luchas con los cambios que Dios quiere hacer en sus vidas.

El Problema No Radica En La Palabra De Dios

Entre más vivo, más convencido estoy que no hay absolutamente ninguna equivocación en la Palabra de Dios. El problema es que hay algo mal con el cristiano. Siempre que investigo a aquéllos que dicen que las promesas de Dios no se cumplen, de seguro encuentro algo malo en sus vidas. Ni una vez en mis treinta años de ministerio he encontrado algo malo con la Palabra de Dios. La Palabra nunca falla.
A veces es fácil encontrar la causa exacta del problema. A veces es difícil. Otras veces es imposible convencer a la gente que el problema radica en ellos y no en la Biblia. Esto me hace recordar dos ejemplos específicos.

Aquéllos Que No Pueden Ver Sus Faltas

El primero es el de un hombre que conozco que siempre está listo para indicar lo que él cree que está mal con los demás. El sistemáticamente cuenta las cosas malas de cada persona cuyo nombre se mencione. Mientras escribo este libro, él está luchando una verdadera batalla por su vida. Una enfermedad devastadora está matándolo de una forma lenta y segura.
Un día le hablé claramente sobre el terrible espíritu de crítica que se había apoderado de él. Cuidadosamente le dije que esta actitud le estaba impidiendo recibir su sanidad. El me miró directamente a los ojos y dijo que él nunca hablaba cosas malas sobre otros y que yo estaba equivocado. Después de fracasar en mi intento de ministrarle, y poco antes de terminar mi visita, él asesinó verbalmente a otros dos ministros. Desde aquél entonces, me enteré que también agregó mi nombre a su lista creciente de personas que él critica con frecuencia. ¿Es de extrañarse que las ventanas del cielo estén cerradas a la sanidad de este querido hermano?

Aquéllos Que Están Mal Informados

El segundo caso que quiero compartir es el de una persona que vino a mí en una reunión no hace mucho.
Con su primera declaración, él confesó exactamente lo que era su problema. Empezó diciendo, "Sé que me dirá que mi problema radica en que no diezmo, pero no creo en diezmar". Después de dar este anuncio, continuó explicando en detalle cómo nada estaba trabajando en su caminar cristiano. Tenía problemas con sus hijos, estaba por perder su casa y tenía problemas colectando una gran cantidad de dinero que él sentía que alguien le debía.
Después de oírle cuidadosamente, le dije que estaba absolutamente en lo cierto. El no diezmar estaba causando su problema. Enseguida me dijo que su predicador favorito por la radio le había enseñado que el diezmar era cosa del Antiguo Testamento y que los cristianos ya no estaban bajo la ley. El no sentía que él no diezmar pudiera ser la raíz de su problema.
Con eso, intenté una vez más ayudarle. Le dije, "Me parece que usted está bajo un cielo cerrado". Su respuesta fue que él no podía basar su creencia sobre mis opiniones de las Escrituras, y que él permanecería creyendo conforme a su predicador de radio favorito.
No mal entienda estos dos ejemplos. No todos los cristianos tienen un oído sordo a las respuestas encontradas en la Palabra de Dios. Muchos de ellos inmediatamente tratan de ajustar sus caminos cuando descubren que están contrarios a la Palabra de Dios.
Debo admitir que mi corazón se contrista con los pocos que se mantienen rígidos e incambiables. Una fortaleza de engaño les mantiene cautivos y generalmente termina por robarles del privilegio bendecido de vivir bajo un cielo abierto.

Paciencia y Más Paciencia

Antes de comprender realmente el problema, yo siempre pasaba tiempo con estas personas queridas tratando de asegurarles que Dios cumpliría si sólo eran pacientes. Por años les indicaba un versículo del libro de Santiago:
Pero que la paciencia tenga su obra completa para que seáis completos y cabales, no quedando atrás en nada. Santiago 1:4

Paciencia y más paciencia era mi recomendación. Esta respuesta, aunque escritural, no estaba desprendiendo a muchos de sus problemas. Cuando sugería paciencia, algunos me decían, "Pero, Hermano, hemos estado esperando pacientemente por más de un año". Algunos habían esperado dos o tres años. Un hombre me escribió diciéndome que él había sido fiel dándole a Dios por más de veinte años y nunca, ni una vez, había visto la mínima señal de un cielo abierto.
No sé cómo muchos predicadores tratan con este asunto, pero debo decir que siempre me da tristeza ver que la Palabra no parece dar resultados para la gente.

Un Cielo Casi Cerrado

La respuesta a este dilema vino lentamente debido al montón de tradiciones y escrituras fuera de contexto enseñadas en la iglesia de nuestro día. Sin embargo, desde los primeros días de mi salvación, he tenido un hambre sobrenatural de buscar las respuestas en la Palabra de Dios. Mientras pensaba sobre las inconsistencias en las vidas de los cristianos, Dios de repente me empezó a mostrar algo poderoso. El me mostró que es necesario que toda la Iglesia obre bajo un cielo abierto antes de que el poder completo de Dios pueda trabajar a través de Su pueblo.
Cuando empecé a recibir esta iluminación, las cosas que me fueron reveladas no eran necesariamente de naturaleza económica. Empecé a ver que había una escasez e infrecuencia de verdaderos milagros de sanidad de inválidos y personas desahuciadas. Y era porque la mayoría del Cuerpo de Cristo obra bajo un cielo cerrado.
Yo ya sabía que la Iglesia tenía un esqueleto terrible en su armario. El hecho de que solamente del 18 al 20 por ciento de sus miembros en realidad diezman es una abominación. Esto deja un 80 a 82 por ciento que no diezman. Con esta proporción tan desigual, es fácil ver que las personas que no diezman han colocado al Cuerpo de Cristo bajo un cielo casi cerrado. Estoy convencido de que si pudiéramos cambiar esa proporción y hacer que la mayoría de la Iglesia se volviera diezmadora, pondría al Cuerpo debajo de las ventanas abiertas del cielo. De allí el gran poder milagroso de Dios podría una vez más manifestarse en proporción que en el principio del Nuevo Testamento.

El Cristianismo Es Más Que Diezmar

Este plan me sonaba maravilloso hasta que el Señor me mostró que el diezmar es solo una de las muchas cosas que cierran las ventanas del cielo.
El cristianismo no es una pequeña operación de algunas teorías realizadas por un grupo pequeño de diversas personas. Es una gran sinfonía compuesta de todos los cristianos. El Maestro debe refinar, adiestrar y supervisar todo el Cuerpo de Cristo hasta que obre en armonía perfecta. Este proceso requiere que mucha gente arregle muchas cosas en sus vidas. Los ministros deben dar instrucción apropiada sobre la Palabra de Dios y luego todos deben seguirla. Los motivos deben ser buenos. Los deseos y las actitudes divinas deben reemplazar las lujurias y apetitos del pasado. Los miembros de la Iglesia, ministros de Dios, esposos y esposas y familias deben establecer relaciones apropiadas entre sí. En realidad, para mantener siempre completamente abiertas las ventanas del cielo sobre el Cuerpo de Cristo, es necesario que todo cristiano renueve su mente totalmente.
Espero que todo esto no sea demasiado para usted. En realidad no es demasiado que Dios espere esto de nosotros. El nos ha dado instrucciones cómo cumplir esta tarea.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este mundo; más bien, transformaos por la renovación de vuestro entendimiento, de modo que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. Romanos 12:1,2

Fíjese en el compromiso total que Dios espera. Fíjese también que al hacer lo que El requiere, Dios promete que tendremos éxito en nuestra vida cristiana. Cuando presentemos nuestros cuerpos como un sacrificio vivo, santo y aceptable a Dios, probaremos (experimentaremos) la voluntad perfecta buena y aceptable de Dios. Seguramente que este es un verdadero retrato de la vida bajo un cielo abierto.

...despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe... Hebreos 12:1,2

Si dejamos a un lado toda carga (esas cosas que no llevan al cristianismo) y todo pecado (las cosas que no son la voluntad de Dios) experimentaremos la mejor vida posible. Jesús, que es el autor (comienzo) y consumador (desarrollador) de nuestra fe, llevará nuestras vidas sincronizadas a la voluntad perfecta e ininterrumpida de Dios.



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