LA MADUREZ ESPIRITUAL 1


HAY UN PROCESO QUE CADA CREYENTE TIENE QUE PASAR, Y SI TRATA DE SALTEARLO O BRINCARLO, DIOS LO VA A DEVOLVER AL PRINCIPIO

LA MADUREZ ESPIRITUAL DE UN LÍDER
Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina. (Ezequiel 47:12)
Los líderes efectivos y de impacto son aquellos que tienen una gran pasión y un gran deseo de seguir creciendo. No se conforman en el nivel que están y siempre tienen una meta de crecimiento. Continuamente, buscan fuentes para desarrollarse y madurar. El nivel de madurez y crecimiento que un líder tenga es lo que va a determinar la clase de persona que atraerá hacia su ministerio u organización. Por eso, es importante que nos mantengamos creciendo todo el tiempo. ¿Cuál es la meta final de Dios para nosotros? Su meta final es llevarnos a ser perfectos o maduros. Dios no está tan interesado en su comodidad, Dios está más interesado en su madurez espiritual. «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto». Mateo 5.48 La palabra perfecto es la palabra griega “telio” que significa maduro, completo, terminado. El propósito final del Señor es llevarnos a la madurez, a la estatura de su Hijo Jesucristo. La palabra perfecto no significa sin defectos, sino uno que es maduro.

 ¿Cuáles son las dos formas en que debemos crecer y madurar según Dios?

 a. Crecer y madurar en calidad Cuando hablamos de calidad estamos hablando de desarrollar el carácter de Cristo como individuos. Es tener el fruto del Espíritu desarrollado en nosotros, por ejemplo: el amor, la paz, la benignidad, el gozo, entre otros.

b. Madurar y crecer de una forma integral Esto significa que el creyente debe aprender y conocer, al menos de forma general, todo lo relacionado al consejo del Señor.

¿Qué es el consejo de Dios?

Es conocer acerca de diferentes tópicos, tales como: liberación, sanidad divina, sanidad interior, oración, profecía, intercesión, guerra espiritual, alabanza y adoración, finanzas, familia, evangelismo, consejería, entre otros. Tal conocimiento nos conduce a un crecimiento integral. No es solamente dar énfasis en un área específica, sino a las diferentes áreas en general. He encontrado muchos ministerios y creyentes que no crecen ni maduran integralmente porque se enfocan en un sólo tópico. Por ejemplo, hay ministerios que hablan y enseñan acerca de la familia solamente. 
Esto está bien y es bueno, pero tenemos que crecer también en otras áreas.
 El énfasis de un ministerio o de una iglesia no debe ser un tema ni un tópico, sino Jesucristo, y Él es todo el consejo de Dios.

c. Crecer y madurar en cantidad Una de las razones por las cuales Dios no nos puede confiar su herencia, es porque todavía somos niños espiritualmente. Por ejemplo, si usted es un padre de familia, no le daría una pistola a su hijo de cinco años. O si tiene mucho dinero, como padre, usted no se lo daría todo porque su hijo no sabría qué hacer con él. Por lo tanto, tenemos que esperar a que crezca y madure. Dios, nuestro Padre, quiere darnos su herencia, su unción, su autoridad, su poder y sus riquezas, pero si no estamos lo suficientemente maduros para recibirlas, todo eso nos conducirá a nuestra propia destrucción. «Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo, sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo señalado por el Padre». Gálatas 4.1, 2 Este verso nos muestra que no hay ninguna diferencia entre un esclavo y un hijo heredero, y aunque este hijo es dueño de toda la herencia, todavía es un niño. El padre todavía no puede confiársela. Por eso, es importante tomar la decisión de crecer y madurar para disfrutar de todas las bendiciones de Dios.

 ¿Cuáles son los pasos que debemos seguir para crecer espiritualmente como líder?

  1. 1.      Haga un compromiso y tome una decisión seria de crecer en el Señor. El crecimiento personal es una decisión de calidad, y es personal. No es un proceso automático, sino planificado. Es una decisión que usted mismo tiene que tomar; por lo tanto, Dios no la puede tomar por usted, ni su familia, ni su pastor. Usted mismo es quien decide madurar y crecer espiritualmente. Yo, como pastor, no quisiera una persona a mi lado que no tenga el deseo ni el hambre de crecer espiritual, intelectual y emocionalmente. Durante el proceso de crecimiento espiritual, Dios hace su parte y nosotros debemos hacer la nuestra. «Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa, aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios».
1 Corintios 3.6-9 Dios da el crecimiento, pero nuestro trabajo es plantar y regar. Hay ciertas decisiones que usted tiene que tomar como líder o creyente para llegar a la madurez y al crecimiento espiritual. Estas son:

• Decida ser un líder o un creyente maduro.

Uno de los métodos de crecimiento para un líder es la autodisciplina. ¿Tiene hambre de crecer y madurar como un líder? Comience a tomar decisiones de calidad en su vida personal.

Comience a disciplinarse en el estudio de la Palabra, en la oración, en la lectura de libros y en asistir a seminarios. Comience a hacer cosas más allá de lo que el resto de las personas hacen. La autodisciplina es importante, empiece con cosas pequeñas; hágalo ahora, no lo deje para mañana. Organice su vida y sus prioridades. Recuerde lo mencionado anteriormente, que el crecimiento debe ser algo planificado y no automático. Tome decisiones que lo lleven a poner todas sus prioridades en orden. El orden de prioridades debe ser: primero, Dios y su relación con Él, segundo, su familia (dedíquele tiempo de calidad), tercero, la iglesia y su servicio en ella, y cuarto, su trabajo. Tome decisiones basadas en sus prioridades.

• Decida comenzar a crecer ahora. Lo que usted decida el día de hoy, es lo que será mañana. Las decisiones presentes determinan nuestra condición futura. Algunas personas tratan de culpar a otros por su fracaso y por su falta de crecimiento, sin embargo, es nuestra responsabilidad tomar la iniciativa de leer, indagar, estudiar, orar y buscar más a Dios para nuestro propio crecimiento. El secreto de su futuro está escondido en su agenda diaria.

 • Decida tener un crecimiento personal. El crecimiento en el ministerio y en el llamado depende de nuestro crecimiento personal. Nuestra organización nunca va a crecer si nosotros no crecemos primero. Recuerde que nuestro crecimiento personal determinará la clase de líderes que atraeremos a nuestro ministerio. Cuando nosotros crecemos personalmente como líderes, también crece nuestro ministerio y nuestros líderes. Si nosotros como pastores somos líderes inmaduros, ésa será la clase de líderes que vamos a atraer a nuestra iglesia. Si somos líderes maduros, íntegros, visionarios, proféticos, llenos de fe y de sabiduría, ésa será la clase de persona y líder que vamos a atraer a nuestro ministerio.

• Decida tener un espíritu enseñable. Una persona que tiene un espíritu enseñable es alguien que está abierto a recibir y a aprender de otro. Tiene un corazón moldeable, y un gran deseo de aprender más. No es alguien con una mente cerrada. Tenemos que ser líderes que aprendamos de otros, de la vida, de los tratos de Dios, de los errores y, sobretodo, de nuestros propios errores.

• Nunca esté satisfecho o conforme con el presente. Nos hemos encontrado con líderes conformistas, que no aspiran a tener congregaciones mayores, ni negocios muy grandes; simplemente, se conforman con el conocimiento que tienen. Tampoco, les interesa ir a mayores niveles de unción, de madurez y de autoridad. El conformismo con el presente los está matando. Si usted está conforme con el presente, no puede tener un gran futuro. ¿Cuál es la diferencia entre conformismo y contentamiento? ¿Qué es conformismo? Es cuando una persona no quiere seguir adelante ni hace algo para cambiar la situación presente. ¿Qué es contentamiento? Es cuando una persona sigue hacia adelante a pesar de la situación adversa en la que está viviendo, y hace todo lo posible para cambiarla.
“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación». Filipenses 4.11
Según el nivel de insatisfacción que el líder tenga, será la pasión que tendrá por crecer en el mañana.

Yo nunca estoy satisfecho como pastor, como padre y como hijo, pues yo quiero crecer más, y sé que cada día estoy aprendiendo más hasta llegar a ser maduro como Jesús. En el momento que usted se conforme con el nivel en que se encuentra, en ese instante, deja de crecer; es decir, se detiene el crecimiento de su ministerio, de su familia, de su liderazgo, entre otros. Recuerde que la bendición entra por la cabeza y si usted se encuentra bajo una cobertura que llegó a un tope de crecimiento, nunca podrá crecer más allá de su líder. Si quiere crecer más que él, tendrá que salirse de esa cobertura espiritual.
• Tenga la mentalidad de un discípulo. Uno de los significados de la palabra discípulo es: un estudiante; es decir, alguien que está aprendiendo continuamente. Hay personas que dejan de crecer porque no tienen la mentalidad de un aprendiz. Decida estar aprendiendo en todo tiempo. Cuando usted aprenda algo sobre algún tópico específico, medite en ello, compártalo con su familia y con sus amigos. Indague más sobre el tema escuchando casetes y leyendo libros. Aprenda acerca de tópicos de su preferencia y póngalos en práctica.
• Pague el precio del crecimiento. Como usted sabe, no existe nada gratis en la vida. Hay un precio que pagar por el crecimiento, como por ejemplo: la soledad, la disciplina, el riesgo, el tiempo, los malos entendidos, entre otros. ¿Estás dispuesto a trabajar mientras otros duermen? ¿Puedes tomar el paso y a arriesgarte a ser criticado? ¿Seguirás hacia a delante mientras otros pierden la visión? ¿Estás dispuesto a sacrificar el tiempo, dejar un poco la televisión, el deporte y dedicarte más a tu crecimiento espiritual? En el crecimiento, decida estar dispuesto a recibir corrección y disciplina. Si un líder no puede recibir corrección y disciplina cuando se equivoca, no puede madurar ni crecer en el Señor. Me he encontrado con personas que no se someten a la corrección, y terminan yéndose de la iglesia. Eso nos da una indicación que no eran hijos sino bastardos. Yo tengo una manera de medir: Si corrijo algún líder, obrero o miembro de la iglesia y no recibe la corrección, sino que se va y no regresa, entonces no era un hijo, sino un bastardo. Los hijos son los únicos que reciben corrección y permanecen en la visión y en la organización. Veamos lo que dice la Palabra acerca de la corrección.
«...Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo». Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, no hijos». Hebreos 12.6-8
 Cada uno de nosotros debe tener un mentor, un padre, el cual nos corrija y nos discipline, porque somos seres humanos con defectos y debilidades, y un verdadero padre siempre corrige a sus hijos cuando cometen errores. Cada vez que nos equivocamos, necesitamos que alguien que nos ame lo suficiente, nos pueda disciplinar y corregir. Cuando eso ocurre, debemos recibir la corrección. Algunas personas me dicen: «Pastor, cuando usted vea algo que no esté bien en mí, corríjame». Pero la realidad es que cuando yo los corrijo, no tienen la madurez para recibir la corrección, entonces se molestan, se hiere y se van de la iglesia, y por eso no maduran. Debemos saber que, ser disciplinado y corregido, es una bendición que nos conduce a madurar y a crecer en el Señor.

2. Tome la decisión de hacer cambios.
Hay algunos aspectos importantes acerca de los cambios, y son los siguientes: Empiece con usted mismo.
 « ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?». Mateo 7.3
a. No espere que otros cambien. Empiece con usted mismo y el resto de las personas a su alrededor comenzarán a cambiar. ¿Qué es lo que causa que las personas cambien?
b. Un cierto grado de incomodidad. Cuando las personas ya no se sienten cómodas en el lugar donde están, buscan cambios. Por ejemplo, las personas que se sienten incómodas en el nivel en que se encuentran, deciden buscar alimento y crecer.
c. Cuando las personas sienten dolor. Las personas son movidas a grandes cambios cuando la situación en que se encuentran les duele, y como resultado, comienzan a cambiar.
d. Los problemas aumentan cuando las personas no cambian. Tarde o temprano usted necesita cambiar para que los problemas no sigan creciendo. La madurez espiritual comienza con cada uno de nosotros. ¡Ahora mismo, tome la decisión de crecer y de ir a otro nivel!
3. Otro paso para crecer es la influencia, el ambiente y la asociación. Permanecer bajo el cuidado o la cobertura de una persona que nos reta continuamente a crecer, es muy importante porque nos influencia a mejorar constantemente. Además, si permanecemos en un ambiente que favorece nuestro desarrollo personal, podemos alcanzar mayor seguridad en nosotros mismos, y aun cuando estemos fuera de nuestro ambiente de comodidad, no nos sentiremos amenazados cuando otros están creciendo. Asóciese con alguien que tenga mayor éxito y mayor unción que usted, y con alguien que tenga virtudes que usted desearía tener. Si así lo hace, logrará crecer y madurar continuamente. Asóciese con personas que crecen. No siempre es cómodo vivir, permanecer o compartir con un visionario que siempre está creciendo y que todo el tiempo tiene un proyecto nuevo. Tampoco es fácil estar con alguien que cree en mayores retos y desafíos, alguien que no puede estar quieto, que termina con un proyecto y continúa otro. Algunas personas se van de la iglesia por esa razón, y eso nos indica que son seguidores y no líderes. Entienda que la madurez y el crecimiento es un proceso y no un evento. Hay dos cosas que necesitamos tener en este proceso: Motivación: es aquello que nos impulsa a comenzar algo. Disciplina: es la que nos lleva al lugar que queremos ir, sometiendo nuestra carne, tomando nuestra cruz cada día y negándonos a nosotros mismos. Usted nunca cambiará su vida hasta que cambie lo que hace diariamente. El secreto de su futuro está en su agenda diaria. Recuerde que usted tiene que empezar motivado y llegar a la meta por medio de la disciplina. El crecimiento espiritual es una decisión diaria que debemos hacer y no un evento que hacemos de vez en cuando. Para concluir con los pasos para llegar a la madurez y al crecimiento, debemos entender que el crecimiento no es automático, sino que comienza con nosotros mismos, haciendo cambios y tomando decisiones de calidad. No olvidemos la importancia que hay en permanecer bajo una cobertura que nos influencie a cambiar, y que tenga un ambiente positivo para crecer. Finalmente, asociémonos con hombres y mujeres que nos desafíen a ir a otras dimensiones. Con esto en mente, ahora podemos definir lo que es madurez espiritual.

¿Qué es la madurez espiritual?
...porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales, que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzadomadurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal». Hebreos 5.12-14
Madurez - Es la habilidad de soportar y recibir tanto críticas, rechazos y ofensas, como halagos y admiración de las personas sin que nos afecte; es decir, sin que nos desanime, nos deprima o nos enaltezca. Una persona, un líder o un creyente maduro tiene la habilidad de poder aguantar y recibir críticas y ofensas de los demás sin que esto lo lleve a deprimirse o a desanimarse. La mayor prueba de madurez de un líder se experimenta cuando es criticado, rechazado y reacciona con bendición hacia aquellos que lo persiguen. También, podemos decir que madurez es la habilidad de conocer nuestra identidad en Dios, sin sentirnos inseguros u ofendidos porque otros tengan mayor éxito, unción, talento, habilidades y dones, o piensen diferente que nosotros. La madurez es el producto de conocer nuestro propósito o llamado de Dios para nuestra vida y de conocer quiénes somos en Dios. La madurez consiste en aceptar diferentes opiniones, puntos de vistas, caracteres y personalidades, sin sentimos ofendidos o inseguros porque alguien tome nuestra posición. La madurez consiste en tener seguridad en el corazón de lo que somos y no de lo que tenemos. Hay líderes que basan su seguridad en la posición, en el trabajo o en el ministerio que desempeñan, y nuestra seguridad debe estar en Dios y en lo que somos en Él. Algunas personas me han preguntado cómo se puede identificar una persona o un líder que es maduro. Mi respuesta siempre ha sido que un líder maduro es alguien que sabe quién es en Dios y conoce su identidad. Cuando un líder llega a reconocer esto, no tendrá envidia ni celo de otros porque está satisfecho con lo que Dios le ha dado. Un líder maduro es una persona que ha desarrollado el carácter de Jesús.
 La verdadera madurez consiste en poder lidiar con la crítica y con los halagos sin que nos afecte. Tomando como referencia cinco palabras griegas que describen las diferentes etapas de crecimiento en el desarrollo humano de un hijo en lo natural, estudiaremos el proceso de madurez del cristiano, pero aplicado al ámbito espiritual. Esto nos ayudará a identificar en qué nivel de madurez espiritual nos encontramos.


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