LAS LEYES DE LA COSECHA 3


La Segunda Ley De La Cosecha: La Semilla Tiene Que Ser Inservible

...De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo... Juan 12:24


El pueblo de Dios ofrenda de tal manera que su semilla le produce ciertos beneficios personales. Al Rey David se le presentó una oportunidad igual una vez. El fue a cierto lugar a ofrecerle un sacrificio especial a Dios. II Samuel 24:18-25 nos relata la historia de este evento.
El lugar donde iba estaba lejos de la casa de David y tuvo que comprar los animales para el holocausto a un propietario del área. El dueño de la propiedad bondadosamente le ofreció a David regalarle los animales para el holocausto sin cobrarle nada.
No cabe duda que esto fue un gesto muy amable de parte del propietario. Sin embargo, David lo rechazó rápidamente y rehusó sacrificar a Su Dios algo que no le había costado nada. Observe el relato escritural de cómo David le contestó con denuedo al hombre que lo quiso bendecir con su generosidad.
“porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. II Samuel 24:24

David sabía que si la ofrenda no le costaba nada, no recibiría absolutamente ningún beneficio de Dios. El tenía que pagar un precio por la ofrenda para así demostrarle su amor al Señor.
Constantemente me encuentro con personas dentro del Cuerpo de Cristo que desconocen este principio espiritual; ofrendan siempre que no les cueste nada. Dan ofrenda con algún beneficio secundario para sí. Pero esto no produce cosecha financiera. Antes de enumerar algunos de estos tipos ineficaces de ofrendar, veamos una vez más las palabras de Jesús, las cuales nos enseñan que, para que El pueda multiplicar nuestra semilla, esta no puede tener ninguna utilidad para nosotros.

De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. Juan 12:24

Con esto el Señor quiso decir que para realizarse el milagro de la multiplicación, el grano tiene que ser inservible, sin utilidad, para el sembrador. Cuando el grano sembrado muere, ya el sembrador no se lo puede comer. Tampoco lo puede vender. No puede dársela al ganado. Ha perdido completamente su valor. La semilla muere. Es lo mismo que le ocurre a nuestra semilla financiera cuando la sembramos en la obra del Señor. Ya no está bajo nuestro control ni nos beneficia para nada. Queda en las manos de los que predican el evangelio.

Existe Un Tipo De Ofrenda Que No Produce Cosecha


Quiero aclararles antes que nada que las siguientes palabras no son para ofender o condenar a nadie. Son para iluminarlos, pues a través de la iluminación viene la convicción. La convicción, entonces, nos guía por una vía más eficaz de ofrendar a Dios.
Piensen en el caso de una persona que le esté ofreciendo ayuda a alguno de sus hijos, por ejemplo. Digamos que tiene una hija que ha pasado por la desgracia de un divorcio. Muchas de estas circunstancias adversas involucran a niños que la madre tiene que sostener.
Muchos padres en una situación así toman parte de su diezmo y ofrendas para ayudar a la hija y sus hijos. Con sus buenas intenciones, estos padres casi siempre me aseguran que sin duda, Dios está de acuerdo con lo que ellos están haciendo. Puede que hasta me citen la escritura en 1 de Timoteo 5:8 que dice: ...pero si alguno no provee para los suyos y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. 1 Timoteo
5:8
No interpreten esto mal. No tiene nada de malo que nos ocupemos de nuestros familiares. Es más, según esta Escritura que acabamos de citar, ¡Es nuestra obligación! Muchas otras escrituras nos enseñan claramente que es nuestra responsabilidad hacerlo así. No obstante, nada de lo que dice la Palabra de Dios nos indica que debemos tomar nuestros diezmos y ofrendas para cumplir con esta responsabilidad. La Biblia nos provee instrucciones explícitas de cómo debemos ofrendar nuestro diezmo.
Traed todos los diezmos al alfolí  y haya alimento en mi casa... Malaquías 3:10
Ahí no dice que traigamos parte de nuestros diezmos a la casa de nuestra hija para que haya alimento en su casa. Más bien dice que traigamos todos los diezmos a la casa de Dios, para que haya alimento en Su casa.
Es cierto que tenemos que ayudar a los nuestros,
pero después que hemos traído a Dios el diezmo (10%) y la ofrenda (una cantidad opcional).
Si utilizamos el diezmo y la ofrenda para cumplir con nuestras obligaciones personales, no hemos dejado que esa semilla muera. No se ha convertido en una semilla inservible para nosotros. Mas para que sea multiplicada, como dice el Señor, tiene que caer en la tierra y morir; si no es así, queda sola.
Quisiera enfatizar esto de nuevo. Yo no digo que no ayuden a sus hijos en momentos de necesidad. Lo que sí les digo es que no utilicen para sus propios propósitos el dinero que Dios ha designado para El. Déle a Dios lo que le pertenece y El se ocupará de suplirle las finanzas adicionales para esos gastos adicionales.
y  el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. Levítico 27:30

La semilla sembrada tiene que morir (inservible y sin utilidad para nosotros).
Si hubiésemos llegado a utilizar los diezmos y las ofrendas de Dios para ayudar a nuestros hijos, hubiera sido una bendición para ellos, claro está. Pero ese dinero nunca se hubiera multiplicado, porque para que la semilla pueda convertirse en cosecha, tiene que ser in servible para el sembrador. O sea, como Jesús dijo, ...si el grano de trigo no cae en la tierra, muere, queda solo... Juan 12:24

No Utilice Los Diezmos Y Ofrendas Para La Educación De Sus Hijos


Este es otro uso incorrecto que muchos cristianos le dan a los diezmos y las ofrendas. Muy a menudo me encuentro con personas que tienen buenas intenciones, las cuales me cuentan que, por alguna razón, a pesar de que diezman y dan ofrendas, no obtienen una cosecha. Mas al examinar en detalle la situación, descubro que en muchos casos utilizan el diezmo para mandarlo al instituto bíblico donde asisten sus hijos porque les ofrece un beneficio especial en la matrícula.
Sembrando de esta manera, nuestra semilla ni cae en la tierra ni muere. Estamos obligando a Dios a que pague la matrícula escolar de nuestros hijos, y cuando esto ocurre, cuando desviamos el diezmo para cubrir los gastos de educar a nuestros hijos, la semilla no se multiplica ni se convierte en cosecha. Claro que es cierto que cada centavo de ese dinero es beneficioso para usted y su hijo, pero nunca se multiplicará.
Jesucristo, el Señor y Gobernador de la cosecha, ha dicho que si el grano no cae en buen terreno y muere (deja de tener utilidad para usted), quedará solo.
No quiero tampoco provocar ninguna confusión con los colegios cristianos, pero les alerto que resulta muy peligroso utilizar el diezmo de los miembros para pagar las matrículas, pues da lugar a que la semilla quede impotente e incapacitada para multiplicarse. Si usted está en este caso, le sugiero que hable de inmediato con su pastor e investiguen las Escrituras al respecto.

“Pastor, ¡Cuando Me Muera Se Puede Quedar Con Todo!”


Otra manera de echar a perder la cosecha es retener todo el capital hasta que uno se muera. Conozco muchas personas que no diezman ni ofrendan, pero creen que tienen derecho a todos los beneficios de una abundante cosecha.
Estas personas en su error, opinan que en efecto, cuando mueran, tendrán una cantidad considerable de dinero asignada a ministerios evangélicos. Ellos piensan que sin duda Dios se alegra porque le dejarán mucho dinero a la obra del Señor. Sin embargo, esta no es en realidad la razón porqué lo hacen. Ellos creen que esta es la mejor manera de disfrutar sus bienes mientras vivan. Observemos algunos puntos muy interesantes acerca de esta manera de
evadir la ofrenda.
Primero que nada, el que le deja todos sus diezmos y ofrendas a un ministerio no le da nada al Señor, sino que simplemente le ha dejado todos sus bienes a una persona. No quiere decir que no podemos dejar una herencia para la obra de Dios. Sería maravilloso y muy beneficioso para la predicación del evangelio de Jesucristo; pero esto no significa que estamos sembrando semilla. En realidad no estamos dando, sino controlando algo que vamos a dejarle a otros.
Segundo, esta no es la manera adecuada de diezmar o sembrar semilla porque la semilla que se siembra tiene que dar cosecha. Todos saben que en el cielo no hace falta dinero.
El cristiano que retiene sus diezmos y ofrendas para dejar una herencia no podrá recibir ninguna cosecha. Las cosechas se cultivan aquí en la tierra, y esa persona ya no estará aquí.
Cuando Jesús le habló al joven rico le dijo: ..No hay ninguno que haya dejado casa... o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo,
casas...tierras. Marcos 10:29, 30
La cosecha se recibe ahora, en este tiempo. La cosecha es para los que viven aquí en la tierra. Después de la muerte no hay cosecha de dinero, de casas, ni de tierras. No es bíblico retener el diezmo hasta después de la muerte.

Actúe Conforme Lo Indica La Palabra

Si usted desea cultivar una cosecha monetaria, necesita obedecer las leyes de la cosecha establecidas por Dios. Tiene que sembrar su semilla y abandonarla sin que le proporcione un beneficio secundario. Tiene que caer en la tierra y morir.
Ley 1:
Su semilla tiene que ser sembrada.
Ley 2: Su semilla tiene que ser inservible.


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