FE PERSISTENTE, PERSEVERANTE!!


    Cuando un alma honesta y lavada en la sangre de Cristo, lo encuentra difícil el creer y el esperar hasta que Dios conteste una oración ferviente, una oración basada sobre las mismas promesas de Dios en su Palabra, una oración según la voluntad de Dios y para su gloria, puedes saber esto: El diablo está en tu contra; ha librado batalla; ¡él quiere tu retirada antes de que tú recibas la respuesta a tu oración!

    Pero hermano, hermana, ¡ora hasta alcanzar la victoria! Persevera en la fe, si te sientes movido a hacerlo o no. ¡Pelea la buena batalla de la fe! (1 Timoteo 6:12). Dios sí es fiel. Ora hasta recibir la respuesta a tu oración, o la seguridad de que Dios te ha escuchado y que la respuesta está en camino.

    Recuerda: cuando tu corazón no te reprende (1 Juan 3:21-22), y tú estás ofreciendo una oración sincera a Dios, tu Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo y conforme a su voluntad (1 Juan 5:14-15), puedes saber que el diablo está luchando en contra tuya para impedirte ganar la victoria. Pero lucha y vence. ¡Ora hasta recibir la respuesta!

    "Resistid al diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4:7). Sigue resistiéndole hasta que él huya de ti. ¡Persiste en pelear, hermano, hermana! La Biblia no dice que el diablo siempre huye al instante, o en un minuto, o diez minutos — pero es necesario resistirle hasta que él huye.

    El debe huir, y lo hará — mientras que persistes en la oración! El diablo no huyó en dos minutos cuando tentaba a Jesús en el desierto (Mateo 4:1), sino que Cristo seguía lanceándole con la Palabra de Dios, la cual es la Espada del Espíritu (Efesios 6:17), diciendo al diablo: "Escrito está", "Escrito está", ¡hasta que el diablo le dejó!

    Así que, mi compañero de armas en el ejército de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, fortalécete cuando descubres que es difícil creer que vas a recibir una respuesta a tu oración. Esfuérzate por entrar (Lucas 16:16; 22:39-46). Sé violento (Mateo 11:12) en tu persistencia y determinación de conseguir la respuesta.

    Ora cada vez en sumisión a la voluntad de Dios, pero ora hasta que Dios mismo responda a tus oraciones, o hasta que Él te informe que lo que pides no está de acuerdo a su voluntad. ¡Dios es fiel!
¡Lucha!
    Aprendemos de luchar — luchando. Aprendemos de orar, orando. Y la oración es una batalla, no porque Dios no quiere darte lo que Él te ha prometido, sino porque Él nos quiere estar ciento por ciento y en serio. Él quiere que estemos dispuestos a luchar (Efesios 6:11-18) contra los poderes de las tinieblas, y de orar con todo nuestro ser — hasta ganar la victoria! (Génesis 32:24-30; Lucas 11:1-13; 18:1-8).

    "Lo que el agua trae, el agua lleva". Si no somos sinceros en desear lo mejor de Dios, y si no estamos dispuestos a luchar en la batalla contra nuestra pereza y egoísmo, y contra el diablo, claro que no agradeceríamos ni protegeríamos los maravillosos dones de Dios si en realidad nos los diera.
    El plan de Dios por la oración, y sus leyes de pedir y recibir, ¡son correctos! Una vez que has orado hasta alcanzar la victoria sobre algo, y tienes la confianza de que Dios te contestará, luego "No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia (aguante alegre), para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa" (Hebreos 10:35-36).

    Una vez que has orado hasta que tu fe se agarre de las promesas de Dios, no sigas orando hasta perder tu fe; sino más bien, sigue agarrándote en alabanza y confianza paciente hasta recibir la respuesta. Tú aprendes a orar, orando — así que cuando te lleguen ocasiones cuando no entiendes algo, háblale no más al Señor acerca de ello.
    Cristo dice: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mateo 11:28-30).

    Muchas oraciones se contestan pronto, pero no todas; así que da gracias a Dios por las contestaciones prontas y las demoradas. De hecho, "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (1 Tesalonicenses 5:18). Que el Señor te bendiga!!!



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