OFRENDAS NO ACEPTADAS


"Porque si primero se tiene dispuesta la voluntad, se acepta según lo que uno tenga, no según lo que no tenga."
II Corintios 8:12

En esta nota, quiero que concentre su atención en dar ofrendas apropiadas. Cuando hablo de ofrendas apropiadas, no quiero decir "apropiadas" de acuerdo a las normas del hombre, me refiero a dar ofrendas que son apropiadas de acuerdo a las normas de Dios.

Dios No Tiene Que Aceptar Su Ofrenda

Antes de que Dios acepte su ofrenda, varias cosas deben estar bíblicamente correctas. Si no hace estas cosas de acuerdo a estos pasos, Dios rechazará su ofrenda.
Mucha gente nunca piensa si Dios aceptará su ofrenda o no. Si piensa en ello por un momento, se dará cuenta que si El no acepta su ofrenda, Dios no está obligado a multiplicarla de vuelta a usted.
Lo que acaba de leer no es una de mis buenas ideas. No está basado en ninguna lógica astuta. Es un hecho bíblico. Varios versículos en la Biblia indican este punto claramente.

Aunque me ofrezcáis vuestros holocaustos y ofrendas vegetales, no los aceptaré, ni mi¬raré vuestros sacrificios de paz de animales engordados." Amos 5:22

"...Yo no tengo agrado en vosotros ni aceptaré la ofrenda, ha dicho Jehová..." Malaquías 1:10

De estos y otros versículos, vemos que Dios tiene el derecho de rehusar las ofrendas que le damos si El no está contento con ellas. La Palabra de Dios va más allá. Dios no acepta una ofrenda si la persona que la da no agrada a Dios. El, por ejemplo, no aceptará una ofrenda dada en desobediencia. Ni tampoco aceptará una ofrenda dada con la esperanza de recibir algo que está en contra de Su voluntad para su vida.

La Iglesia No Multiplica Ofrendas De Vuelta

Guarde en mente que la iglesia aceptará cualquier ofrenda que se ponga en el ofrendero. No importa si es un centavo o un millón de dólares. Sin embargo, su iglesia no promete multiplicar de vuelta el dinero que le dé. Entonces, si piensa recibir algo de vuelta de su ofrenda, debe darla de tal manera que Dios la acepte.
Cuando está seguro que Dios ha aceptado su ofrenda, puede estar seguro que El la multiplicará de vuelta a usted. Lo contrario de este caso es cierto. Si El re¬chaza su ofrenda, Dios no está obligado a multiplicar¬la de vuelta.
Un versículo en II Corintios da instrucciones sobre este asunto. Si preparamos nuestras ofrendas como debemos, Dios las aceptará. Miremos este versículo.

Dé Con Voluntad Dispuesta

Porque si primero se tiene dispuesta la voluntad, se acepta según lo que uno tenga, no según lo que no tenga.
II Corintios 8:12

El primer paso para que Dios acepte su ofrenda es estar seguro que da con voluntad dispuesta. Recuerde, Dios recompensa al dador alegre. Aquéllos que dan de mala gana o sin voluntad, no le son agradables a El. Si tiene problemas con dar gozosamente, es dudoso que Dios aceptará su ofrenda.

"...Dios ama al dador alegre." II Corintios 9:7

Dé De Acuerdo a lo Que Ha Recibido

"Porque si primero se tiene dispuesta la voluntad, se acepta según lo que uno tenga, no según lo que no tenga." II Corintios 8:12

Dios siempre obra bajo el principio de sembrar y cosechar. Recuerde, su ofrenda para El es siempre parte de su cosecha de El.
El segundo paso en dar una ofrenda aceptable es dar de acuerdo a lo que tiene. La palabra clave en este requisito es la palabra de acuerdo. Debe dar su ofrenda de acuerdo a las cosas que Dios ya le ha dado. Este versículo habla de esas cosas que usted posee ahora.

Una Nota de Advertencia

Antes de continuar con esta enseñanza, permítame aclarar algo perfectamente. No estoy enseñando en contra de dar por fe. Ni tampoco estoy diciendo que es malo prometer dar una cierta cantidad a la obra de Dios que todavía no tiene. Por favor lea cada palabra exactamente como la escribí, porque si pasa por ellas rápidamente, usted podría mal entender lo que estoy diciendo. Habiendo dicho esto, continuemos con nuestro pensamiento.
Piense en todas las cosas que Dios le ha dado: Su único Hijo, sus necesidades diarias, salud, felicidad. ¡Es más de lo que un buen contador puede calcular! ¡Todo lo bueno que usted tiene proviene de Dios!

"Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces..." Santiago 1:17

La cantidad que da no es tan importante para Dios como su motivo en dar. Cuando las cosas que El ya le ha dado le guían a dar, usted estará motivado por gratitud. Dios con seguridad aceptará su ofrenda si su corazón está motivado a dar debido a Su bondad hacia usted. ¡Qué bueno! ¿Verdad?

No Dé de Acuerdo a Su Escasez

Porque si primero se tiene dispuesta la voluntad, se acepta según lo que uno tenga, no según lo que no tenga. II Corintios 8:12

Si pensamientos de las cosas que no tiene, influyen en su ofrenda, Dios lo mirará de una manera completamente diferente. Cuando usted cambia su concentración de la abundancia de Dios en su vida a la carencia en su vida, usted automáticamente le dará menos a Dios. Sus pensamientos de carencia disminuirán su gozo sobre lo que Dios le ha dado. Debido a estos pensamientos, su ofrenda no será gozosa como debería ser. Su dádiva será más bien una carga que una ofrenda de agradecimiento. Recuerde, sin gozo, Dios puede rechazar su ofrenda, porque Dios bendice al dador alegre.
Si la motivación de su dádiva proviene de la escasez en su vida en vez de la abundancia de Dios, terminará penalizando a Dios debido a lo que no tiene, en vez de bendecirle por lo que ya le ha dado.

Establezca Una Nueva Motivación

Entonces, desde este día en adelante, sea motivado en dar ofrendas con un corazón lleno de gratitud por lo que Dios le ha dado. Debido a la bondad de Dios en el pasado, usted puede dar su ofrenda con una nueva confianza. Si El le ha dado todo lo que tiene, seguramente, que El le dará todo lo que todavía necesita.
En vez de pensar en la escasez en su vida como algo negativo, piense que será la próxima cosa que su Dios Todopoderoso vencerá. Con esta mentalidad, su escasez se convertirá en el blanco de destrucción en vez de la distracción en sus dádivas.

Ofrendas y Diezmos Son Diferentes

Antes de dejar este tema, debo asegurarme de que usted comprende la diferencia entre ofrendas y diezmos. Una ofrenda es siempre un regalo al Señor. Es una cantidad de dinero, o algo que no sea dinero, que pertenece al dador que da libremente al Señor. El diezmo es diferente que una ofrenda por dos razones.
Primero, el diezmo no es la propiedad del dador. Es la propiedad del Señor.
"Todos los diezmos de la tierra...pertenecen a Jehová. Es cosa sagrada a Jehová." Levítico 27:30
Segundo, el diezmo no es una cantidad que el dador determina. Dios ya ha determinado la cantidad que debe ser. Las Escrituras dicen que es siempre el 10 por ciento del ingreso de una persona.
Sé que podríamos decir mucho más sobre la diferencia entre los diezmos y las ofrendas. Sin embargo, siento que debemos continuar después de hacer esta declaración. Recuerde, el dar comienza después que ha pagado su diezmo.
Cuánto Debemos Dar
El Nuevo Testamento no especifica la cantidad exacta de una ofrenda aceptable. La ley de Moisés indicó algunas cantidades específicas que los israelitas debían dar. Sin embargo, Cristo cumplió esa ley para los cristianos.
Hay una manera de determinar cuánto debe ser una ofrenda. La Palabra de Dios dice que nuestro Señor es movido por nuestros sentimientos.

Nuestro Sumo Sacerdote entiende nuestras debilidades... Hebreos 4:15 (Biblia al Día)

Con este versículo en mente, usted puede aplicar la siguiente regla: Si su ofrenda no le mueve, no moverá a Dios. Lo que estoy diciendo es que, si da una cantidad a Dios que le parece insignificante a usted, sin duda le parecerá insignificante a El. Cuando dé, dé siempre una cantidad significativa para usted.

Ofrendas Aceptables

Para concluir, permítame animarle a que siempre siga las reglas de Dios para dar una ofrenda apropiada. Dé con un corazón dispuesto. Permita que todo lo que ya tiene sea lo que le motive a dar. Cuando esté decidiendo lo que dará, no se concentre en lo que no tiene. Permita que su gratitud por las cosas que Dios ya le ha dado lo guíen en sus ofrendas. Nunca permita que el temor determine lo que dará.
Recuerde:
Porque si primero se tiene dispuesta la voluntad, se acepta según lo que uno tenga, no según lo que no tenga.  
II Corintios 8:12



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